Honrar a la esposa?

Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviera mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuera santa y sin mancha. Efesios 5.25–27

Honrar a la esposa?

Todos por igual

Pero David dijo: No hagáis eso, hermanos míos, con lo que nos ha dado Jehová. Nos ha guardado y ha entregado en nuestras manos a los salteadores que nos atacaron. ¿Quién os dará razón en este caso? Porque conforme a la parte del que desciende a la batalla, así ha de ser la parte del que se queda con el bagaje; les tocará por igual. 1 Samuel 30.23–24

Todos por igual

Yo también soy Hombre

Cuando Pedro entró, salió Cornelio a recibirlo y, postrándose a sus pies, lo adoró. Pero Pedro lo levantó, diciendo: Levántate, pues yo mismo también soy un hombre. Hechos 10.25–26

Yo también soy Hombre
A mi Madre
El amor de una Madre parte 2

Un testimonio incontrovertible

Cuando terminó de hablar, se arrodilló y oró con todos ellos. Y comenzaron a llorar desconsoladamente, y abrazando a Pablo, lo besaban, afligidos especialmente por la palabra que había dicho que ya no volverían a ver su rostro. Hechos 20.36–38 (LBLA)

Un testimonio incontrovertible

El Alma abatida

Por qué te abates, alma mía, y por qué te turbas dentro de mí?Espera en Dios, pues he de alabarle otra vez por la salvación de su presencia. Salmos 42.5 (LBLA)

El Alma abatida

Líderes con Gracia

Esteban, lleno de gracia y de poder, hacía grandes prodigios y señales entre el pueblo. Hechos 6.8

Líderes con Gracia

Desacuerdos ministeriales

Hubo tal desacuerdo entre ambos, que se separaron el uno del otro; Bernabé, tomando a Marcos, navegó a Chipre, y Pablo, escogiendo a Silas, salió encomendado por los hermanos a la gracia del Señor. Hechos 15.39–40

Desacuerdos ministeriales

Atrapado sin salida

Al oir la mujer de Urías que su marido Urías había muerto, hizo duelo por él. Pasado el luto, envió David por ella, la trajo a su casa y la hizo su mujer; ella le dio a luz un hijo. Pero esto que David había hecho fue desagradable ante los ojos de Jehová. 2 Samuel 11.26–27

Atrapado sin salida